Bienvenidos una vez más a nuestro Blog. Esta semana hablaremos de como nació el proyecto ParaTour y, en futuras entradas, de cómo ha evolucionado el proyecto en los últimos años. Espero que estas palabras sirvan para desde mi humilde experiencia motivar a quien necesite evidencias y certezas que la vida te pone retos y a veces la respuesta debe ser, “y por qué no”.
Hay proyectos que nacen fruto de la casualidad y, en el caso de ParaTour, podríamos decir que esto sucedió hace seis años con unos compañeros de trabajo. Fue tan sencillo como salir a correr una noche de invierno y empezar a hablar. Al inicio no le di la mayor importancia, me gusta correr, me gusta hablar, me gusta la Historia y mi ciudad, con lo que todo surgió de la forma más espontánea. Para lo que no estaba preparado era para el reto que me lanzaron Cristina y Javier después de disfrutar de una agradable carrera nocturna en los bosques de Casa de Campo mientras veíamos y explicaba los secretos de tan hermoso parque. La idea fue simple pero demoledora cuando en la última parada de la carrera y en formato interrogativo me dijeron, “¿tú sabes que hay gente que pagaría por hacer esto?”. Mi primera reacción fue una sonrisa con suspiro añadiendo un “qué dices anda”.
Con la perspectiva del tiempo, es muy probable que mis acompañantes esa noche al acostarse tuvieran la misma sensación que tuve yo la primera vez que realicé esa actividad. Una satisfacción inmensa, un recuerdo imborrable, una sensación de haber hecho algo al alcance de muy pocos y con la tremenda necesidad de compartirlo con los demás. Cuando vives una experiencia fuera de lo normal es habitual el recordarlo, y así es como creo que llegamos a la mañana siguiente.
Mis compañeros me animaron a darme de alta en una plataforma de experiencias para turistas que quieren realizar actividades con un guía local. ¿Guía?, pregunté queriendo decir que no lo era… pero me convencieron de que lo que ellos hicieron la noche anterior no era otra cosa que ser guiados por una persona con conocimientos suficientes como para que la actividad se realizase con garantías de calidad. Me dije, “y por qué no”, y poco después, a media mañana, ya tenía el perfil creado y la solicitud de la experiencia en la bandeja de los Product Manager de la plataforma. Esa misma tarde mi actividad «Carrera nocturna en el bosque» estaba disponible para quien quisiera probar.
Durante la primera semana no recibí ninguna reserva, pero sí algún mail de la empresa intermediaria animándome a abrir la experiencia en otros idiomas, y de nuevo “y por qué no”, lo que significaba que aceptaba el reto, «Running night in the forest» era una realidad. Correr mientras hablas en inglés, “too much for me”, pensé… pero alea iacta est, la primera reserva ya estaba en el buzón de entrada. Como si de la providencia se tratara, mi primer cliente se llamaba igual que yo, Miguel, pero para hacerlo más divertido la reserva se realizó desde USA, en concreto desde Austin (Texas) y el nombre era Michael. Os podéis imaginar la cantidad de inseguridades que me vinieron a la mente en el momento que caí en la cuenta de lo que estaba por venir, pero no había tiempo para otra cosa que no fuera prepararme para mi primer tour, y además en inglés. Cuatro días por delante viendo películas, series, vídeos en inglés, además de preparar algunas frases para los consejos de seguridad iniciales, “safety tips”, sonrío al recordarlo, y las explicaciones en cada uno de los puntos de interés donde pararíamos a lo largo del recorrido. También vocabulario específico como, raíces, ramas, piedras, cuesta arriba o cuesta abajo. Sin darme cuenta el entrenamiento había llegado a su fin.
Llegó el día del estreno. Recuerdo los nervios previos, los mensajes de confirmación con el cliente, la revisión de la mochila con los aparejos necesarios, teléfono móvil, frontales con carga, las bebidas isotónicas que ofrecía como regalo en la actividad, revisé todo varias veces y llegué al punto de encuentro con una antelación de media hora. Mientras realizaba estiramientos mirando a la puerta del metro de Lago de Casa de Campo, apareció un hombre vestido con ropa técnica de correr con cierto despiste, lo normal cuando llegas a un lugar por primera vez en tu vida. Me acerqué con una amplia sonrisa en la cara y el espeté, “Hi, I am Miguel, are you Michael?”, a lo que él me contestó, “Sí, hola ¿qué tal?”. No me lo puedo creer pensé, habla español… pero pronto me confirmó que eran las únicas palabras que sabía en la lengua de Cervantes. Continuará o como diría Michael, “To be continued”…